Mi corazón y mi estómago, inseparables! - Atenea
Me pasa que tengo una conexión que necesita un bypass... Mi estómago y mi corazón tienen una tubería o una unión mística en la que lo que le pasa al uno, se refleja en el otro!
Desde muy jóven mi debilidad son los hombres gordos! He salido con flacos, musculosos, deportistas, pero ninguno con el sabor de un gordo. ¡Siempre me gustaron!
Esta debilidad es mi mejor excusa, disfruto tanto comer que busco con quién hacerlo sin que me pueda sentir culpable! Sin hablar de que sus tamaños me hacen ver más flaca y menuda, es cuestión de estrategia y conveniencia.
Tener pareja, engorda, el amor, engorda! Pero qué decir de enamorarse de un gordo?
Los gordos sienten un gusto especial por la comida que además es contagioso! Esa mirada y ese no sé qué con el que se comen las cosas es admirable!
Y pasa el tiempo y aprendes! Aprendes a mirar con ojitos de ternero degollado esa hamburguesa doble carne, los postres y las malteadas!
Con un gordo aprendes a prever que es posible que te quiten una porción de tu comida, entonces pides doble y en caso de tener que compartir, estás lista!
En pareja, el plan por excelencia es salir a comer, todo se celebra con comida y de verdad, como mujer sientes que puedes dejar de preocuparte por la panza, después de todo, él entiende que es culpa de las salidas, helados en la cama y esas cosas que aman hacer juntos!
Las comidas cambian! Pasas a competir por lo que eres capaz de tragar! Siempre pides postre y hasta algo para llevar sabiendo que después vas a querer, incluso, aprendes a cocinar!
Y después de casarte, la cosa empeora. Tu vida empieza a girar en torno a la cocina. Las comidas unen a la familia, los amigos y son el meior espacio para las conversaciones serias.
El amor se demuestra haciendo comidas deliciosas por un lado y comiéndose hasta el último gramo, por el otro.
Ese anillo en el dedo nos da permiso a ambos de tener rollos, llantas y muuucha celulitis! Igual, cada una de las calorías ingeridas ha tomado tiempo, esfuerzo y sobre todo, ha hecho crecer el amor.
Es solo que el tiempo avanza y el metabolismo nos hace una mala jugada... Y para colmo de males, las lipotusas se acaban o por lo menos en un buen matrimonio, eso indica que adelgazar es un concepto lejaro y más vale que aprendamos a querermos más cachetones o hagamos un fondo común para el bypass que tanto se ha necesitado desde el inicio... El bypass entre el estómago y el corazón.
La Pareja: Engordando mujeres desde tiempos insospechados - Selene
Cuando vivía sola, las pocas veces que desayunaba lo hacía con cereal y yogurth (que es alimento para caballos a mi entender de hoy); o en la cafetería cerca de la oficina almojábana y pony malta. El almuerzo, era equilibrado, o una ensalada encima del computador, y casi nunca cenaba. Es que comer solo es muy aburrido. Comía mal y bajaba y subía de peso con facilidad a punta de aguantar hambre.
Mi ciclo de gordura - flacura dependía de si tenía o no novio (o amante, o machuque, o 'peor es nada'). Sin sujeto = flaca / con sujeto = gorda. ¿Por qué? Porque comer acompañado es más rico.
Entonces, el desayuno (porque claro el tipo comienza a quedarse regularmente en tu casa) es conversado, planeando el día y con cara de amor; la cena, casi siempre incluye salidas a probar los restaurantes de moda y los fines de semana... almuerzo y cena, en la calle.. todo, con postre incluido. Así ¿quién no crece como globo?
Y, claro, como uno tiene man, pues no le presta atención a esos kilos de más, porque, a fin de cuentas, al tipo le gustas, así seas gordita Obvio hasta que le gusta otra. Simple. Cuando te botan -por esa otra- y te miras al espejo y todo sobra.
Depresión. Dieta. De vuelta al ruedo, y al inicio del ciclo.
Hasta ahí todo mal. Pero llega uno y decide irse a vivir con el novio -todo en nombre del amor-. El desayuno esporádico se vuelve diario. Y uno se transforma en la maestra de las mermeladas, los quesos para untar, las diferentes arepas y todos los hojaldres. Las salidas a cenar a restaurantes se cambian por pizza entre la cama, empanadas entre la cama, crispetas entre la cama, helado entre la cama, papas entre la cama, platanitos entre la cama... Consecuencia, pasas de talla 8 a 10 en tiempos impensados, te toca renovar el ropero. Pero no importa, estás viviendo con TU novio, que te ama sin importar de qué tamaño sean tus gorditos.
Pero pasan los meses. Quizá un par de años... Te miras y eres talla 12... Y claro, ya eres un poco más vieja, y todas las adolescentes del planeta te parecen chulos cazando hombres. Y como tu novio para ti es el mejor hombre del mundo comienzas a pensar que cualquiera te lo va a quitar - así tu novio ni siquiera se haya dado por enterado-. Así, comienza la operación: "Sostenimiento", que implica bajar de peso con tal de que tu chico no te deje por una flaca. Y lo logras, la tranquilidad vuelve a ti, y juras nunca volver a la talla 12.
Probado. En mi caso, tener pareja engorda, y lo ha hecho desde que tenía menos de 20. Y es que cuando tenemos pareja nos rendimos a los llamados 'placeres de la carne', y en el caso de comer y tener sexo, por más que tengas del segundo, el primero siempre gana la batalla.
Eufrosine tragona por naturaleza
Escribir este post ha sido un poco difícil para mí, llevo días pensando cómo y qué escribir, por que para mi engordar no depende de tener o no tener novio, si no de mis antojos y solo mis antojos (una embarazada no me llega ni a los talones)
Yo, que ya viví arrejuntada engordé solo un poco. Ennoviada engordé otro tanto y soltera otro tantísimo y, la verdad, es que mi peso es más inestable que mi genio de mujer. Nunca he sido de las que se pese seguido, ni de las que se preocupa por las medidas perfectas así que me como lo que se me de la gana, literalmente. Nunca me he prohibido comer o tomar algo, Amo la comida, Amo comer bien y Amo que me sirvan a la mesa. De hecho, gran parte de mi sueldo se va en buena comida y en los restaurantes de moda, la verdad es que estar soltera es una ventaja, puedes elegir con quien quieres ir a cenar y cuantas veces a la semana quieres hacerlo, así que sumen si son mínimo dos cenas a la semana... Engordas o engordas.
Eso si de algo estoy segura es que en el momento en el que NO engordas es en el que estás terriblemente entusada, qué hpta dieta tan buena, cero recomendada pero funciona porque funciona, la última no solo me quitó al tipo de encima si no 12 kilos, 2 tallas de jean, 1 de bra, 8 cm de cachetes y lo mejor de todo el brazo de tía. Me regaló los piropos de extraños y conocidos (obvio los que no sabían de la tusa) Lo que me llevó a pensar que uno no se pone buena para darle rabia al tipo, pero delgada se ve mejor así que si le pone actitud la tusa puede ser una gran aliada.
Dejemos claro que estar soltera no es sinónimo de no comer o comer mal para no estar gorda, o que creen ¿que no pido domicilios, que no me tiro en la cama a comer o que no salgo a restaurantes como las que tienen pareja? Tal vez lo hago más seguido que ellas sin que se den cuenta pero al final la decisión de estar gorda o delgada depende de la vieja, no del man.
¡Eso si muero de la envidia cuando una gordita se levanta un novio churro! jaaa
Como toda una afrodita
No quiero el odio de ninguna mujer, ni casada, ni arrejuntada, ni soltera, ni ennoviada. Pero en serio, ¿cómo es posible que la contextura física pueda depender de una relación?
Fui afortunada hasta los 30 años con mi cuerpo, comía lo que se me daba la gana, con novio o sin él, y mantuve exactamente el mismo peso durante casi 15 años, lo cambió un poco una cirugía de esas de aumento de busto (que amo) que me hice.
Pero, creo que el peso es algo personal, si es verdad que cuando se tiene pareja hay más salidas a comer, arrunchadas con “galguerías”, paseos y esas cosas que implican alimentación exagerada, pero… uno es el dueño de lo que come y de cómo se mantiene.
Si está casada siga la dieta, prepare sus comidas y póngalos a ellos a comer saludable también; si está arrejuntada compartan sus gustos pero con mesura, si está soltera a cuidarse mamita que tiene más tiempo para usted y si está ennoviada, como yo, dígale desde el principio a su “amor” como es la vaina de la dieta.
Confieso que hoy en un día soy una obsesiva de la alimentación saludable, cuento las calorías, no como azúcar y me peso todos los días TODOS, hago yoga un par de veces por semana y jodo a mi novio con lo que come, pero yo se lo advertí y el que advierte no es traidor.
Mi conclusión: tener pareja no engorda, la que engorda es unA sino se mantiene en forma. Así que como todas unas afroditas a cuidar esos cuerpos.
Mis recomendados
Cuando vivía sola, las pocas veces que desayunaba lo hacía con cereal y yogurth (que es alimento para caballos a mi entender de hoy); o en la cafetería cerca de la oficina almojábana y pony malta. El almuerzo, era equilibrado, o una ensalada encima del computador, y casi nunca cenaba. Es que comer solo es muy aburrido. Comía mal y bajaba y subía de peso con facilidad a punta de aguantar hambre.
Mi ciclo de gordura - flacura dependía de si tenía o no novio (o amante, o machuque, o 'peor es nada'). Sin sujeto = flaca / con sujeto = gorda. ¿Por qué? Porque comer acompañado es más rico.
Entonces, el desayuno (porque claro el tipo comienza a quedarse regularmente en tu casa) es conversado, planeando el día y con cara de amor; la cena, casi siempre incluye salidas a probar los restaurantes de moda y los fines de semana... almuerzo y cena, en la calle.. todo, con postre incluido. Así ¿quién no crece como globo?
Y, claro, como uno tiene man, pues no le presta atención a esos kilos de más, porque, a fin de cuentas, al tipo le gustas, así seas gordita Obvio hasta que le gusta otra. Simple. Cuando te botan -por esa otra- y te miras al espejo y todo sobra.
Depresión. Dieta. De vuelta al ruedo, y al inicio del ciclo.
Hasta ahí todo mal. Pero llega uno y decide irse a vivir con el novio -todo en nombre del amor-. El desayuno esporádico se vuelve diario. Y uno se transforma en la maestra de las mermeladas, los quesos para untar, las diferentes arepas y todos los hojaldres. Las salidas a cenar a restaurantes se cambian por pizza entre la cama, empanadas entre la cama, crispetas entre la cama, helado entre la cama, papas entre la cama, platanitos entre la cama... Consecuencia, pasas de talla 8 a 10 en tiempos impensados, te toca renovar el ropero. Pero no importa, estás viviendo con TU novio, que te ama sin importar de qué tamaño sean tus gorditos.
Pero pasan los meses. Quizá un par de años... Te miras y eres talla 12... Y claro, ya eres un poco más vieja, y todas las adolescentes del planeta te parecen chulos cazando hombres. Y como tu novio para ti es el mejor hombre del mundo comienzas a pensar que cualquiera te lo va a quitar - así tu novio ni siquiera se haya dado por enterado-. Así, comienza la operación: "Sostenimiento", que implica bajar de peso con tal de que tu chico no te deje por una flaca. Y lo logras, la tranquilidad vuelve a ti, y juras nunca volver a la talla 12.
Probado. En mi caso, tener pareja engorda, y lo ha hecho desde que tenía menos de 20. Y es que cuando tenemos pareja nos rendimos a los llamados 'placeres de la carne', y en el caso de comer y tener sexo, por más que tengas del segundo, el primero siempre gana la batalla.
Eufrosine tragona por naturaleza
Escribir este post ha sido un poco difícil para mí, llevo días pensando cómo y qué escribir, por que para mi engordar no depende de tener o no tener novio, si no de mis antojos y solo mis antojos (una embarazada no me llega ni a los talones)
Yo, que ya viví arrejuntada engordé solo un poco. Ennoviada engordé otro tanto y soltera otro tantísimo y, la verdad, es que mi peso es más inestable que mi genio de mujer. Nunca he sido de las que se pese seguido, ni de las que se preocupa por las medidas perfectas así que me como lo que se me de la gana, literalmente. Nunca me he prohibido comer o tomar algo, Amo la comida, Amo comer bien y Amo que me sirvan a la mesa. De hecho, gran parte de mi sueldo se va en buena comida y en los restaurantes de moda, la verdad es que estar soltera es una ventaja, puedes elegir con quien quieres ir a cenar y cuantas veces a la semana quieres hacerlo, así que sumen si son mínimo dos cenas a la semana... Engordas o engordas.
Eso si de algo estoy segura es que en el momento en el que NO engordas es en el que estás terriblemente entusada, qué hpta dieta tan buena, cero recomendada pero funciona porque funciona, la última no solo me quitó al tipo de encima si no 12 kilos, 2 tallas de jean, 1 de bra, 8 cm de cachetes y lo mejor de todo el brazo de tía. Me regaló los piropos de extraños y conocidos (obvio los que no sabían de la tusa) Lo que me llevó a pensar que uno no se pone buena para darle rabia al tipo, pero delgada se ve mejor así que si le pone actitud la tusa puede ser una gran aliada.
Dejemos claro que estar soltera no es sinónimo de no comer o comer mal para no estar gorda, o que creen ¿que no pido domicilios, que no me tiro en la cama a comer o que no salgo a restaurantes como las que tienen pareja? Tal vez lo hago más seguido que ellas sin que se den cuenta pero al final la decisión de estar gorda o delgada depende de la vieja, no del man.
¡Eso si muero de la envidia cuando una gordita se levanta un novio churro! jaaa
Como toda una afrodita
No quiero el odio de ninguna mujer, ni casada, ni arrejuntada, ni soltera, ni ennoviada. Pero en serio, ¿cómo es posible que la contextura física pueda depender de una relación?
Fui afortunada hasta los 30 años con mi cuerpo, comía lo que se me daba la gana, con novio o sin él, y mantuve exactamente el mismo peso durante casi 15 años, lo cambió un poco una cirugía de esas de aumento de busto (que amo) que me hice.
Pero, creo que el peso es algo personal, si es verdad que cuando se tiene pareja hay más salidas a comer, arrunchadas con “galguerías”, paseos y esas cosas que implican alimentación exagerada, pero… uno es el dueño de lo que come y de cómo se mantiene.
Si está casada siga la dieta, prepare sus comidas y póngalos a ellos a comer saludable también; si está arrejuntada compartan sus gustos pero con mesura, si está soltera a cuidarse mamita que tiene más tiempo para usted y si está ennoviada, como yo, dígale desde el principio a su “amor” como es la vaina de la dieta.
Confieso que hoy en un día soy una obsesiva de la alimentación saludable, cuento las calorías, no como azúcar y me peso todos los días TODOS, hago yoga un par de veces por semana y jodo a mi novio con lo que come, pero yo se lo advertí y el que advierte no es traidor.
Mi conclusión: tener pareja no engorda, la que engorda es unA sino se mantiene en forma. Así que como todas unas afroditas a cuidar esos cuerpos.
Mis recomendados